El traslado del sable corvo del General Don José de San Martín.
Alguien a quien admiro.
Quiero compartirlo con ustedes, mis pequeñitos hermosos.
Una vez como alumna del colegio secundario realicé un viaje de estudios a Yapeyú, Corrientes, junto a mis compañeros y entre otros, mi profesor de historia.
Al entrar al Museo Histórico donde estaban las ruinas de la casa donde José de San Martín había vivido, a mi profesor se le escaparon unas cuantas lágrimas. Evidentemente eso dejó una huella en mi. En el momento lo miré asombrada y con respeto y con los años comprendí lo importante que había sido para él estar allí. Como lo fue luego para mi. Volví con mi hija a ese lugar hace algunos años y le conté esta anécdota. Ella sabe de mi admiración por San Martín, y ahora ustedes también.
Eso deseo transmitirles a ustedes, esa admiración por la gente que ha luchado con nobleza y coraje por un sueño tan hermoso.
Nuestra historia es apasionante y bella. Así deseo transmitírselos.
¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!
Los quiero.
Seño Silvina.
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