¡A imaginar e inventar!
Luego de aprender la historia de estos animalitos, que vivieron en nuestro planeta hace millones de años, con la ayuda de revistas y en grupos, inventamos nuestro propio dinosaurio, teniendo en cuenta, qué características nos gustaría que tenga, en qué ambiente nos gustaría que viva y cómo podía ser su alimentación...
Luego, no podía faltar, el nombre que llevaría... ¡Cuánta imaginación hubo en sus cabecitas!¡Cuánta creatividad!
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